Son la tarjeta de visita de empresas y profesionales, a través de las que se dan a conocer al mercado, resultando fácilmente localizables para los consumidores a fin de que puedan repetir la experiencia de compra si ésta ha sido satisfactoria.

Las marcas consisten en un signo (denominativo, gráfico, sonoro, olfativo, etc.) vinculado con un determinado producto o servicio (a escoger de entre las 45 clases internacionales en atención al giro comercial de que se trate).

Junto con las marcas, los nombres comerciales son la otra modalidad de signos distintivos que ofrece el sistema de la propiedad industrial. Mientras las marcas individualizan una prestación empresarial, los nombres comerciales identifican al agente que actúa en el mercado, distinguiéndolo de los competidores. Si bien, se puede afirmar que las diferencias entre ambas figuras se han difuminado parcialmente, una vez que los nombres están también vinculados por las clasificaciones internacionales de productos y servicios y que son transmisibles con independencia de las empresas titulares de los mismos.

Los registros de marcas pueden ser de ámbito nacional, ya sean españolas o de los países extranjeros que se elijan, marcas de la Unión Europea, que con un solo registro tienen efectividad en los 27 países de la Unión, o internacionales, que además de poder alcanzar cualquier país de interés en el mundo, permiten ir ampliándolas a medida que se manifiesten las necesidades comerciales del operador en el mercado. La llamada prioridad unionista garantiza al solicitante de un primer registro de marca en cualquier país que en los seis meses siguientes a la fecha del mismo ningún tercero pueda anticiparse en con un registro igual o parecido en otro territorio.

VITRUVIO IP LEGAL ayuda a sus clientes a definir el tipo de signo distintivo que le conviene registrar, cumplimentando todas las formalidades necesarias hasta la consecución definitiva de la protección, solventando eventuales objeciones de las oficinas de marcas u oposiciones de terceros que se puedan recibir en el procedimiento de concesión, y vigilando solicitudes ajenas que entren en conflicto con los registros previos de sus clientes. Además, se preocupa de mantener en vigor las marcas registradas, atendiendo sus renovaciones periódicas para evitar pérdidas involuntarias de derechos.